Si paseamos por el centro de Budapest en algún punto giraremos cualquier esquina y encontremos, ante nosotros el romántico y frío Danubio, al fondo, como si de una postal se tratase el Puente de las Cadenas y el CAstillo y el Palacio Real.
Es imprescindible o, más bien, inevitable salir con paso rápido en busca de la orilla y pasear abstraído, absorto, como si toda la gente hubiese desaparecido y tan solo tú y toda esa inmesidad existiesen en la faz de la tierra. El frío, en este momento, es una palabra que no tiene sentido.
Pero como si un precipitado despertar se tratase, encontramos al borde del río, sorprendidos, una hilera de zapatos que parecen esperar a un dueño que nunca vuelve de su baño. Nada más lejano a la realidad, en realidad, esta obra artística intenta mostrarnos, dentro de ese sueño del DAnubio la más terrible de las pesadillas.
El hecho de que esté en este punto y no en otro, es pura coincidencia ya que, a lo largo del todo el Danubio, durante los años 1944 y 1945, eran llevados los judíos del gueto por los ejecutores del partido nazi, atados en parejas, y tras disparar a uno de ellos eran arrojados al río.
Esta composición que nos recuerda el horrible pasado de la ciudad, un pasado que parece haberse desvanecido, es una invitación a la reflexión, pero también al ensueño ya que tal vez, esos zapatos sigan esperando a esos dueños a los que un día el baño les duró más de lo previsto.
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Recordando mi viaje a Budapest, quería tener una foto más cercana de estos zapatos, ya que los vi desde un barco. Me produjeron escalofríos, aunque era verano y jamás olvidaré que en la casa de Ana Frank de Amsterdam pude contemplar este tipo de zapato de los años 40. En casa de Ana también se espera que vuelvan estas personas que un día salieron sin pensamiento de no volver.
ResponderEliminarGracias por darme la oportunidad de contemplarlos.
Por casualidad he encontrado este blog, buscando información para archivar mis fotos de Budapest y me he enamorado. Has estado en muchos mas sitios que yo, desde luego, pero coincidimos en el amor por esta región europa: República Checa, Austria, Hungría, Polonia... esa huella profunda de la Guerra... es increible.
ResponderEliminarMi enhorabuena por el blog y gracias por traer todos esos recuerdos, tan bien contados.
Nilla, si, es estremecedor pensarlo. No he estado en la casa de Ana, pero si es cierto que da escalofríos pensar todo lo que pasó y pensar en el dolor de toda la gente que se quedó esperando un regreso.
ResponderEliminarPedro Jesús, gracias por tu comentario. Me alegro que te guste. Me alegro de compartir ese amor por esta parte de Europa. Antes de haber estado ya me había enamorado. La primera ciudad que visité fue Praga durante un viaje de estudios y me prometí que algún día volvería de nuevo. Por fortuna volví y este año volveré de nuevo. El estar aquí me está dando una oportunidad única para conocer tantos sitios sorprendentes que de otra forma nunca hubiera podido conocer.
Espero poder escribir más cosas y que os gusten.
Un saludo.
the monument has been conceived and realized by sculptor gyula pauer and film director can togay in 2004.
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