Cuenta la leyenda que hace muchos años se apareció a un pescador de Bratislava un inmenso águila. El águila pidió al pescador que la ayudara. Le dijo que su campañera se había clavado una espina en la garra y no podía moverse. El pescador acompañó al águila y sacó la espina de la garra de la compañera.
El águila agradeció y le dijó "yo soy el Alma del Danubio y estoy en deuda contigo. Te concederé dos deseos. Si alguna vez necesitas ayuda no tienes más que llamarme".
A los pocos años hubo hambre en Bratislava, los pescadores no conseguían peces. El pescador se acordó de lo que había pasado hace años y llamó: "Alma del Danubio ayúdame". El águila apareció y junto con ella una gran cantidad de peces que saciaron el hambre de toda la ciudad.
Desde esa fecha nadie ha vuelto a pedir ayuda al Alma del Danubio pero los habitantes de la ciudad saben que en caso de peligro pueden contar con ella nuevamente ...
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