sábado, 31 de enero de 2009

Un puente hecho de requesón y huevos

Puente de Carlos

En tiempos remotos, ante de construir el primer puente a través del río Moldava, la gente tenía que utilizar diversos vados para atravesar el río. Muchos almadieros ejercían aquí su oficio. En las antiguas crónicas sobre Praga se han conservado leyendas sobre un gran barco que perteneció al lengendario príncipe Kresomysl en el siglo IX el cual se utilizaba para transportar vehículos y personas de una a otra ribera del río. En el siglo X fue constuido el primer upente de madera sobre el Moldava y ya en 1158 había aquí un puente de piedra, en aquella época un verdadero milagro. Por su longitud, que excedía los quinientos metros, era en aquel tiempo el puente más largo de Europa Centra. Llevaba el nombre de Judit, la esposa de Vladislao II, ya que ella fue la promotra de su construccon.




Uno de los arcos del puente de Judit se puede todavía ver en la parte subterránea del Convento de los monjes de la Orden de Santa Cruz, situado en la ribera de Ciudad Vieja. El puente de Judit se derrumbó en el año 1342, durante unas inundaciones que fueron un verdadero desastre para Praga y su comercio. Poco después, el Emperador y Rey Carlos IV colocó solmnemente la primera priedra del nuevo puente que se construiría en el mismo lugar y en el momento fijado por los astrólogos de la corte que coincidiera con el número cabalístico 1-3-5-7-5-3-1, es decir, en el año 1357, el 9 de julio a las 5 horas y 31 minutos.



Carlos IV encargó la construcción del puente al mismo maestro de obras que hizo la catedral de San Vito, Petr Parlér. Para garantizar la majestuosidad y solidez de su obra, el constructor decidió añadir leche y hubevos crudos en el mortero. En Praga no había tantos, por eso hubo que traerlso, en base a la orden real, de todas las partes de Bohemia. Vehículos de madera llenoss de hierba seca, con su carga frágiel en cestas y cajas, llegaban a la ribera del río Moldava donde los albañiles rompían los huevos y los echaban en la mezcla que se usaba para pegar las pieras. Sólo en Velvary no entendieron bien la orden real y como tenía miedo de que los huevos se rompieran por el camino, entonces mandaron huevos hervidos. Toda Praga se reía del pueblo Velvary y por centernares de años este pueblo fue objeto de chistes maliciosos. También los habitantes de Unhost se equivocaron. Sus huevos llegaron en orden, pero se confudieron un poco con la leche que se utilizaba para preparar el motero y por eso también mandaron requesón y quesitos.



Entonces el Puente de CArlos, quizás sea el único puente del mundo que fue construido no sólo de piedra, sino también del vino de los viñedos praguenses, de los huevos checos y del requesón y queso de Unhost. Es muy probable que esta receta sea realmente buena, de lo contrario el puente más famoso de Praga no estaría aquí ni hubiera perdurado por más de seis siglos y medio.

Extraído de 77 leyendas de Praga de Alena Jezková

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