Vista de la ciudad de Eger al noreste de Hungría
La región vinícola de Eger es una de las más importantes de Hungría junto con la región de Tokaj. De entre todos los vinos que aquí se producen el más conocido es el Egri Bikavér, o sea: Sangre de Toro. Este alcohol se obtiene por mezclar varias especies de racimos, con base formada por Kadarka y Kékfrankos. En 1997 se promulgó el código unificado de reglas que obligan a los productores de Sangre de Toro con el fin de que el vino sea de la mejor calidad. Según el código, para la producción de Egri Bikavér se utilizan mezclas de por los menos tres tipos de vid.
Existe una leyenda que intenta explicar el origen del nombre de este vino. La historia comienza en la ciudad asediada por los Turcos. Los soldados húngaros trataban de defender su pueblo, pero cada hora de lucha se volvían más débiles y con cada muerto les caracterizaba menos entusiasmo. Los Turcos subían por las murallas de la fortaleza cada vez más alto y alto, el aire olía de sangre y vibraba de los alaridos rabiosos, que poco a poco se convertían en el grito de la victoria "Alá, Alá". Viendo que la situación estaba muy peligrosa, el jefe militar húngaro István Dobó, decidió abrir los sótanos del castillo, para confortar sus tropas con el vino. El alcohol repartían las mujeres, que corrían entre los defensores con latas de estano rellenadas con el alcohol. Muy pronto después de probar el vino, ellas también se armaron y decidieron luchar al lado de sus esposos. Y los hombres, empinando el codo, se ensuciaron los bigotes y barbas con el vino tinto. Cuando los Turcos, que eran muy ingenuos y supersticiosos, vieron una sustancia roja que goteaba de las barbillas de sus enemigos, comenzaron a buscar la explicación de este fenómeno. La brevedad y valentía de los soldados húngaros aumentaba cada minuto, por que el alcohol calmó el medio de la muerte. Los Turcos pronto notaron, que los Magiares tomaban algo de las latas y era esta bebida que les daba una fuerza y potencia extraordinarias. Al final los musulmanes se dieron cuenta, de que evidentemente los Húngaros bebían la sangre de toro que les daba tanta solidez, resistencia, energía y rabia, porque eran éstos los rasgos que normalmente caracterizaban este animal. Se asustaron tanto, que rechazaron continuar la lucha y huyeron, y el vino servido por las mujeres adquirió una nueva denominación.
Otra leyenda, mucho más corta, explica, que los Turcos, siendo musulmanes, estaban prohibidos tomar alcohol. Pero cuando uno de ellos se atrevió a romper el tabú y probó el vino de Eger, desde entonces todos sus compatriotas empinaban el codo enganando a Alá, que era el sangre de toro lo que bebían y no el alcohol. Otros productos conocidos de esta región son: Egri Olaszrizling, Egri Leányka, Egri Tramini y Ottonel Muskotály.
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Felicidades Vanesa, me gustan mucho las historias de vinos y esta me parecio muy interesantey muy bien hechas. Saludos, Cesar De La Parra desde Mexico.
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