martes, 30 de marzo de 2010

Paco de Lucía, en Debrecen


Tras varios meses sin pisar tierra españolas hay cosas que empiezan a echarse en falta. No hablo de la familia, ni de los amigos, ni siquiera del sol, el pescado y el calorcito bueno. Hablo, principalmente, de esas cosas que te recorren de arriba abajo el cuerpo, que te dan un vuelco al corazón y que te hacen querer encerrante en Andalucía y no salir nunca jamás. Hablo de duende, hablo de gracia, y hablo también, de flamenco.


Cuando uno está lejos de su tierra todo eso se engrandece y basta con oír palabras como flamenco, Andalucía o guitarra para que una lágrima termine derramándose. Sé todo lo que esto tiene de tópico, y obviamente es mucho. Pero también es cierto que aunque no todos los días escuchemos flamenco o que nunca nos hayamos echado un baile por bulerías, es algo que está ahí, como una banda sonora, medio oculta, medio en silencio pero que late dentro.

A mí al menos me pasa. Me pasa que ahora mi color favorito no es el azul sino el verde, y el blanco. Me pasa que hablo con más acento granaíno que nunca. Me pasa que hablo de Graná y se me saltan las lágrimas. Que pronuncio sus cinco letras y me imagino al sol que parece querer fundiarme por el Arco de Elvira, en pleno medio día. Que me imagino por la noche, con algo de frío, pero de ese fresquito que gusta, paseando por el Paseo los tristes, con una botella de Alhambra y abrigada por voces que me parecen todas hermanas.

Pero no quiero seguir hablando de Graná, que por quererla tanto todavía no me he atrevido a escribir sobre ella. Porque me faltarían blogs o me faltarían las entradas. Probablemente también las palabras.

Sirviendo esto como contexto. Un día, mientras iba al instituto vi un cartel en el que se anunciaba un concierto de Paco de Lucía. ¡Paco de Lucía en Debrecen! Pronto comprendí que no era una broma, y que por fín iba a pasar "Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma", ¿no?

El pasado día 27 de Marzo, fui hacia el Főnix Csarnok, un palacio de deportes en Debrecen. El concierto empezaba a las 19.00h. Empezó con cierto retraso, pero con una gran entrada de Paco que se marcó un guitarreo él solo, antes que que hiciera la entrada su grupo de acompañantes. El concierto duró algo más de hora y media. El palacio de deportes estaba casi completo y los húngaros (que a veces parecen dormidos en su letargo, no los culpo, supongo que son víctima del frío atroz que adormece los sentidos) aplaudían durante minutos enteros sin parar, emocionados, seguían los compases y disparaban sus cámaras entusiasmados. Sin duda alguna, uno de los momentos más aplaudidos, tal vez por lo visual, fue el de la actuación del bailaor, el Farru, que a mí misma me dejó boquiabierta.


Entre el resto de acompañantes estaban Niño Josele, como segunda guitarra; Alain Pérez, como bajo cubano; el armonicista Antonio Serrano; a la percusión El Piraña, y los cantaores David de Jacoba, paisano de Graná, y Cristo Heredia.


El broche de hora al final del concierto lo puso Entre dos aguas, que terminó de convencer a todo el auditorio que no podía dejar de aplaudir, emocionado, tras haber aprendido ya a chapurrear (con más o menos arte) los olés.


Para mí fue un concierto espectacular. Ni un solo momento sobró en esa mezcla de magia, duende, guitarra, voces desgarradas y taconeos. No sé incluso si fue sugestión, pero a mí todo me olía a Andalucía, a palmeras y a sal, al aire y a la luz de mi tierra.

Después del concierto otros españoles y yo tuvimos el gusto de poder hablar con Paco que nos firmó unos autógrafos y se fotografió con nosotros. Además de un maestro, es un hombre campechano, llano y como solemos decir, bien apañao.


Su gira sigue por toda Europa y continuará en España, y yo espero volver a encontrarme con el duende y el arte de mi tierra en algún lugar, algún otro día.


Otros vídeos publicados en el periódico de la comarca de Hajdu-Bihar

3 comentarios:

  1. Buenísimo! Entiendo lo que decís de revalorizar cosas de nuestro país cuando estamos afuera, y más en un país tan distinto!

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  2. Sí, todo se revaloriza y se siente más ¿no? Imagino que para tí aún más que estás tan lejos.
    Un saludo Gabi!

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  3. Hola vanesa he estado echando un vistazo a tu blog, he visto que vives en debrecen, en marzo marcharé a esta ciudad por un año, si pudieras darme información,te lo agradecería un monton porque me entere ayer de mi partida y me estoy volviendo loca en la busqueda de datos!
    un saludo!
    te dejo mi email: jazzanova13@gmail.com

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